martes, 5 de febrero de 2013

Defensa de Violeta Parra

Dulce vecina de la verde selva
Huésped eterno del abril florido 
Grande enemiga de la zarzamora 
Violeta Parra. 

Jardinera 

locera 

costurera 

Bailarina del agua transparente 
Árbol lleno de pájaros cantores 
Violeta Parra. 

Has recorrido toda la comarca 
Desenterrando cántaros de greda 
Y liberando pájaros cautivos 
Entre las ramas. 

Preocupada siempre de los otros
Cuando no del sobrino 

de la tía 

Cuándo vas a acordarte de ti misma 
Viola piadosa. 

Tu dolor es un círculo infinito 
Que no comienza ni termina nunca 
Pero tú te sobrepones a todo 
Viola admirable 

Cuando se trata de bailar la cueca
De tu guitarra no se libra nadie 
Hasta los muertos salen a bailar 
Cueca valseada. 

Cueca de la Batalla de Maipú
Cueca del Hundimiento del Angamos 
Cueca del Terremoto de Chillán
Todas las cosas. 

Ni bandurria 

ni tenca 

ni zorzal 

Ni codorniza libre ni cautiva 

Tú 

solamente tú 

tres veces tú 

Ave del paraíso terrenal. 

Charagüilla 

gaviota de agua dulce 

Todos los adjetivos se hacen pocos 
Todos los sustantivos se hacen pocos 
Para nombrarte. 

Poesía 

pintura 

agricultura 

Todo lo haces a las mil maravillas 
Sin el menor esfuerzo
Como quien se bebe una copa de vino. 

Pero los secretarios no te quieren 
Y te cierran la puerta de tu casa 
Y te declaran la guerra a muerte 
Viola doliente. 

Porque tú no te vistes de payaso 
Porque tú no te compras ni te vendes
Porque hablas la lengua de la tierra
Viola chilensis 

¡Porque tú los aclaras en el acto! 

Cómo van a quererte 

me pregunto 
Cuando unos tristes funcionarios 
Grises como las piedras del desierto 
¿No te parece? 

En cambio tú 

Violeta de los Andes 

Flor de la cordillera de la costa 
Eres un manantial inagotable 
De vida humana. 

Tu corazón se abre cuando quiere 
Tu voluntad se cierra cuando quiere 
Y tu salud navega cuando quiere 
Aguas arriba 

Basta que tú los llames por sus nombres 
Para que los colores y las formas 
Se levanten y anden como Lázaro 
En cuerpo y alma. 

¡Nadie puede quejarse cuando tú 
Cantas a media voz o cuando gritas 
Como si te estuvieran degollando 
Viola volcánica! 

Lo que tiene que hacer el auditor 
Es guardar un silencio religioso 
Porque tu canto sabe adónde va 
Perfectamente. 

Rayos son los que salen de tu voz 
Hacia los cuatro puntos cardinales 
Vendimiadora ardiente de ojos negros
Violeta Parra. 

Se te acusa de esto y de lo otro 
Yo te conozco y digo quién eres 
¡Oh corderillo disfrazado de lobo! 
Violeta Parra. 

Yo te conozco bien 

hermana vieja
Norte y sur del país atormentado 
Valparaíso hundido para arriba 
¡Isla de Pascua! 

Sacristana cuyaca de Andacollo 
Tejedora a palillo y a bolillo 
Arregladora vieja de angelitos 
Violeta Parra.

Los veteranos del Setentainueve 
lloran cuando te oyen sollozar 
En el abismo de la noche oscura 
¡Lámpara a sangre! 

Cocinera 

niñera 

lavandera 

Niña de mano 

todos los oficios 

Todos los arreboles de los crepúsculos 
Viola funebris. 

Yo no sé qué decir en esta hora 
La cabeza me da vueltas y vueltas 
Como si hubiera bebido cicuta 
Hermana mía. 

Dónde voy a encontrar otra Violeta 
Aunque recorra campos y ciudades 
O me quede sentado en el jardín 
Como un inválido 

Para verte mejor cierro los ojos 
Y retrocedo a los días felices 
¿Sabes lo que estoy viendo? 
Tu delantal estampado de maqui. 

Tu delantal estampado de maqui. 

¡Río Cautín! 

¡Lautaro! 

¡Villa Alegre! 

¡Año mil novecientos veintisiete 
Violeta Parra! 

Pero yo no confío en las palabras 
¿Por qué no te levantas de la tumba 

A cantar 

a bailar 

a navegar 

En tu guitarra? 

Cántame una canción inolvidable 
Una canción que no termine nunca 
Una canción no más 

una canción

Es lo que pido. 

Qué te cuesta mujer árbol florido 
Álzate en cuerpo y alma del sepulcro 
Y haz estallar las piedras con tu voz 
Violeta Parra. 

Esto es lo que quería decirte 
Continúa tejiendo tus alambres 
Tus ponchos araucanos 
Tus cantaritos de Quinchamalí 

Continúa puliendo noche y día 
Tus tolomiros de madera sagrada 
Sin aflicción 

sin lágrimas inútiles 

O si quieres con lágrimas ardientes
Y recuerda que eres 
Un corderillo disfrazado de lobo. 

Nicanor Parra

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